Editors regresaban a nuestro país dentro del marco del Festival BIME en Barakaldo y allí estuvimos presentes, como siempre que esta banda británica pisa nuestras tierras.
Texto: Luis del Rosal Pernia aka Mr. Deck
Si las noches de viernes prometen horizonte y diversión, podré decir que el ambiente en el interior del BEC! escondía tras sus muros la primera jornada del festival de invierno de Bilbao, el BIME, que por sexta ocasión congregaba a miles de personas alrededor de los cinco escenarios en los que en esta edición se repartía el espectáculo.
Aunque tuvimos ocasión de ver en directo a Belako, John Maus, Damien Jurado y Slowdive entre otros, me voy a centrar en Editors. Para todos aquellos que seguís nuestras publicaciones ya conocéis que es un must, un grupo que seguimos de cerca y que nos encanta, así que trataré de describir el concierto que ofreció Editors, el cual, sin tregua para discursos y con saludos comprimidos, nos dejo muy buen sabor.
Con postura encorvada, guitarra contra el pecho, cejas levantadas y párpados cerrados Tom Smith, voz, guitarra y frontman de Editors, salió al escenario Heineken del BIME para tocar 16 temas del repertorio de Editors, 6 de los cuales correspondían a su último trabajo “VI OLENCE”, que han presentado este año en otros escenarios de nuestro país.
Los dos primeros temas de la noche fueron “Cold” y “Hallelujah (so low)”. Este último un tema potente, con lo mejor de las guitarras de Editors funcionando a tope, esos riffs oscuros que vienen de algún sitio muy profundo y que te dejan con resaca, con ganas de más Editors. La velada solo acababa de empezar.
Siguieron temas conocidos, entre ellos “An end has a start”, un tema recuperado de los primeros Editors y que muchos seguidores agradecieron. Despues otros tales como “A ton of love” y “Sugar” para regresar a “VI OLENCE” con “Darkness at The Door” y el homónimo “Violence”. El primero de ellos ganando puntos en el directo y el segundo coreado por los asistentes.
El siguiente tema - “Nothingness” - también extraído de su último álbum “VI OLENCE”, que, aun tocado sin pausa, resultó mejor, por estar más vivo, que su versión grabada. No obstante, Tom Smith, hierático tocando este tema, parecía por momentos encontrarse en otro lugar.
Las críticas de los Medios a “VI OLENCE”, si bien no han sido benévolas, en los conciertos en directo el grupo parece que consigue dar a ciertos temas otro ritmo, estabilizando el resultado final.
Las críticas de los Medios a “VI OLENCE”, si bien no han sido benévolas, en los conciertos en directo el grupo parece que consigue dar a ciertos temas otro ritmo, estabilizando el resultado final.
A continuación tocaron “Papillon”, un tema eufórico que el público correspondió de nuevo coreando las letras; esta vez Tom Smith, ya sin la guitarra y tocando el piano, se envolvió de la extasía del público que disfrutó, gritó y saltó haciendo suyas las letras y la música y deseando que el momento no terminara.
Quizás los directos de Editors sean potentes, pero es que el resultado de este grupo sobre el escenario incrementa la experiencia. No me cansaré de decirlo. Si las conexiones, las uniones musicales entre los instrumentos convencionales y la electrónica no suele salirle bien a Editors (al menos últimamente), “Papillon” es el ejemplo de que unas básicas pinceladas de teclados son suficientes para conseguir matizar los ritmos y mejorar el resultado final para el estilo de este grupo.
El siguiente tema de la noche fue “Magazine”, en el cual, y por primera vez en la noche, el escenario cambió de luces para incorporar rayos de colores que invadían al público y que en los cambios de ritmo brillaban cuales estrellas rutilantes.
El escenario cambió a los tonos azules para escuchar “Ocean of night”. Un tema muy propio de Editors en el que Tom Smith disfruta con la cadencia lenta de este tema íntimo y que también sirvió para relajar a los asistentes y recuperar fuerzas para el último tramo de espectáculo.