El músico y productor alemán Roosevelt estuvo de gira por nuestro país y pudimos disfrutar de su show en Madrid.
ROOSEVELT volvía a España después del magnífico show que nos mostró este verano en el BBK Live 2018 y teníamos ganas de verlo de nuevo. Con su flamante disco bajo el brazo, "Young Romance" (cuya crítica podéis leer aqui), y con dos citas, Madrid y Barcelona, no podíamos dejar pasar esta oportunidad de volver a disfrutar de uno de los mejores directos de synthpop del momento.
Uno de sus nuevos temas, "Take me Back", dió el pistoletazo de salida a una hora y veinte minutos de baile sin apenas tiempo a relajarnos. Con la Sala Copérnico hasta la bandera fue alternando temas de su reciente disco y de su albúm de debut homónimo.
De este primer largo fueron sonando, todas ellas coreadas por un público entregado desde el minuto uno, "Colours", "Moving On", "Fever" (quizá el punto álgido de la noche con una sala rendida a sus pies) , "Sea" y el tema "Night Moves" que sirvió de indiscutible broche de oro de la noche.
De su nuevo trabajo sonaron el mencionado "Take me back", "Illusions", "Yr Love", "Lucía" (que fue otro de los momentos más coreados), "Losing touch", "Getaway" y sus últimos sencillos "Shadows" y "Under the Sun".
Hubo momento para el recuerdo de uno de sus primeros sencillos como "Montreal" y también vivimos una cover muy especial de Fleetwood Mac, el tema "Everywhere", que todos los que peinábamos canas en la sala, y no éramos pocos, agradecimos. Es muy reconfortante comprobar que bandas actuales, y que no se sonrojan en reconocer la influencia que la década de los ochenta ha marcado en su música, rindan tributo a una de sus bandas más legendarias. De esa década y de muchas más.
Es necesario reconocer el esfuerzo que el músico hizo esa noche para poder actuar. Afectado de un proceso vírico en las cuerdas vocales, apenas perceptible para los que allí nos congregamos, acabó el concierto y marchó sin pausa al hospital a revisión. Los médicos le aconsejaron que guardara reposo (la noche siguiente debía de actuar en la Sala Razzmatazz de Barcelona) o los daños a sus cuerdas serían irreparables, dado el esfuerzo que había hecho esa noche en Madrid. Sintiéndolo mucho sus fans de la ciudad condal, y de otras provincias que se habían desplazado hasta allí ese fin de semana, tendrán que esperar a que se recupere completamente para poder disfrutar de su directo. Creo que nadie podrá reprocharle nada.