Santander Music 2019: Crónica de la segunda jornada


La segunda jornada del Santander Music 2019 nos dejaría grandes momentos como la potencia vocal de Nina de Juan y sus Morgan, la energía en directo de Second, el espectáculo visual de Mastodonte, el poprock brit de los Kaiser Chiefs, el trap de Cupido y la fiesta infinita con los Bitches Deejays.


Texto: Víctor M Bustamante 
Fotos: Luis del Rosal aka Mr. Deck y Elisa Díaz 

El viernes, tras una primera sesión vermú con Kokoskha y Ganges, esta última inaugurando el nuevo espacio en el Centro Botín, arrancaba el Santander Music Festival a lo grande con el folk rock and soul de Morgan sobre una Campa de la Magdalena que aún esperaba al grueso de asistentes a esta jornada. Como fans declarados de sus álbumes "North" y "Air", nos dispusimos a acudir a verlos en directo por vez primera. La fuerza vocal de Nina de Juan es su mayor baza y lo saben; a su lado divas multimedia como Adele pueden sufrir un serio aprieto.Posiblemente si Nina hubiera nacido en otro país con mayor proyección musical sería una estrella de primera fila y llenaría las estanterías de su casa de Grammys, pero nosotros tuvimos la suerte de que naciera al ladito nuestro y poder atesorarla como se merece. Influencias sureñas, rock clásico, pero también country, soul y nuevas corrientes del indie internacional forman su impronta. Se atrevieron con todos los palos en su actuación e incluso versionaron el clásico “Lose yourself to dance” de Daft Punk y Nile Rodgers como si lo hubieran escrito para ellos. Esperamos verles de nuevo pronto.

Veníamos con el bolazo de los Second en el BBK Live 2019 aún resonando en nuestras cabezas por lo que no nos sorprendió en absoluto su pegada en escena. Los murcianos demostraron porqué su “Anillos y raíces” en uno de los mejores trabajos de indiepop publicados dentro de nuestras fronteras en los últimos años y que tienen un fondo de armario de himnos ‘corebailables’  importante. Sonaron sobre la hierba de la campa y a la orilla de la playa de Bikinis los temas “En otra dimensión”, “Rodamos”, “Primera vez”, “2502”, “¿Quién pensaba en eso?”, “Nivel inexperto”, “Muérdeme”, “Nueva sensación”, “Contra viento y pronóstico”, “La suerte de tu piel”, “Invierno dulce”, “Rincón exquisito” y ese parraque colectivo que es “Mira a la gente”.

Mastodonte venían precedidos de la expectación que suponía ver a un actor tan reconocido como Asier Etxeandía aliado con el músico y multiinstrumentista italiano Enrico Bárbaro. Ya habíamos degustado su primer single “Redención” y su trilogía “Anatomía de un éxodo”, pero no éramos capaces de imaginar lo original y febril de su puesta en escena. El talento dramático de Asier nutre las profundas y amargas letras de la banda con la carga emocional que requieren. Su imagen visual impacta la retina en un viaje en el tiempo entre la furia de Genkis Kan, la estética de Marco Polo y un nuevo Bosé de su era de oro, esto es, la que le llevó de Bandido a Duende. De hecho, la mayor parte del público asistente, y que elevó la edad media de las tres jornadas en un par de décadas, no paraba de nombrar al hijo de Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín como si estuviéramos viviendo la gira “Salamandra Tour 2.0”. Acierto a medias con su elección del cover de Bowie Let´s dance”, positivamente por ser un tema tan coreable del camaleónico genio británico y negativamente por la excesivamente comercialidad del mismo dentro de un repertorio de cuatro décadas al margen de estilos y corrientes propicias a la radio fórmula. No obstante lo defendieron con bastante garra y demostrando que su respeto al original era total.

Llegó el momento que más ansiábamos de todo el festival, la actuación de los de Leeds, Kaiser Chiefs, que nos dejó las piernas listas para un trasplante de tantos saltos como pudimos dar. Saltos que repetía su líder, un Ricky Wilson ataviado como el yerno perfecto para las madres y como un amiguete perfecto para ir de pubs por Yorkshire para el resto. Ricky se subió a todo lo imaginable, desde altavoces a batería, demostró su poder saltimbanqui en el manejo del pie de micro y los cascabeles voladores, se hizo un parktour en toda la regla a lo ancho y largo del escenario y, lo más importante, la banda supo combinar sus nuevos temas (acaban de publicar el más que correcto ”Duck” este verano) con los clásicos indispensables de toda su trayectoria: “I predict a riot”, “Everyday I love you less and less”, “Ruby”, “Everything is average nowadays”, “The angry mob”, “Never miss a beat”… o su primer single “Oh my God” con el que cerraron el set en baño de serpentinas. No se le puede poner más reproche a la banda que las continuas acrobacias de su líder le repercutían vocalmente en varios momentos del directo y que tuviera que echar mano de chuleta para sacar adelante los nuevos temas. Por Dios Ricky! Si los que estábamos allí las sabíamos ya de memoria y no dominamos la lengua de Shakespeare ni de lejos… Menos salto y más estudio para la próxima. Sin acritud.

Cupido irrumpió acto seguido en el escenario de Santander Music, como la última actuación de la jornada, con su particular mezcla de pop, trap y autotune acompañados por la voz de Pimp Flaco y arropados por cientos de seguidores de temas como “Autoestima”, “Milhouse” o “Préstame un sentimiento”.
Además este día los Bitches Deejays, mimetizados en Santander como si fueran de Puertochico mismo, y que ya forman parte de la iconografía del festival, derrocharon buen humor y desvergüenza absoluta dentro y fuera del set. Además nos regalaron para la vista tres propuestas estilísticas a cual más bizarra (los calzoncillos abanderado sobre medias de fantasía superaron de largo toda nuestra imaginación más trash), una para cada jornada. 

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