Santander Music clausuró el sábado 3 de agosto de 2019 su undécima edición en la Península de la Magdalena. Una nueva apuesta de este festival al borde del mar con tres jornadas de conciertos, sol, sesiones vermú, baile, surf y muchos planes para exprimir la ciudad todo el fin de semana. Un inicio del mes de agosto lleno de música en la capital cántabra como ya es tradición gracias a la propuesta del Festival santanderino.
Texto: Víctor M Bustamante
Fotos: Luis del Rosal aka Mr. Deck y Elisa Díaz
Como es habitual, otras citas que formaron parte del programa de este año han sido la masterclass y exposición en ArteSantander de Micchela Pichi, autora del cartel de la pasada edición de Santander Music, tomando el relevo de otros ilustres como: Javier Mariscal, Gianmarco Magnani, Julien Pacaud, el Tatsuro Kiuchi, Mads Berg o Bakea, Una relación del arte gráfico con el festival ya totalmente instaurada, en una propuesta innovadora que evoluciona cada año.
La jornada del sábado del Santander Music Festival venía cargadita de propuestas que teníamos ganas de experimentar hace tiempo y de otras que estábamos deseando repetir en bucle.
El primero en romper el hielo fue un Tote King sobradísimo de talento escénico, atrincherado a los micros con su hermano Shotta y el DJ Nexxa a las bases. A pesar de su garra, nuestro descubrimiento del festival fue la banda que le acompañaba, unos enormes AContraBlues a los que desde ya vamos a seguir la pista. Su vocalista nos dejó momentos de calidad vocal como no se habían visto los dos días anteriores, y nos atrevemos a decir incluso que en ediciones anteriores, y puso los pelos como escarpias a todos los amantes del blues rock que sufrimos uno de los días de más calor y humedad en el aire.
Zahara abrió su intergaláctico show, no en vano está en la gira de presentación de su último largo “Astronauta”, al compás de la inolvidable sintonía de la serie “Expediente X”, mientras rodeada de planetas alineados en torno ella le hacían brillar como una reluciente estrella, elegantemente ataviada con un vestido destellante que la iluminaba hasta las últimas filas, formando una galaxia inexplorada a la que acompañaba su banda complemente uniformada para llevar a cabo viajes astrales. Comenzó, como no, con “David Duchovny”, para no desentonar la estética propuesta, y fue desgranando gran parte de su nuevo trabajo junto a clásicos de toda su trayectoria que fueron coreados por una masa entregada en uno de los momentos de mayor aforo entre todas las jornadas vividas.
No tardó ni dos canciones en descender hasta al foso y repartir amor entre sus fans mientras estos luchaban por conseguir el mejor selfie con ella. “El fango”, “El deshielo”, “El frío”, “Inmaculada”, “Guerra y paz”, “El diluvio”, “Bandera blanca”, “Caída libre”… fueron sonando hasta un final apoteósico convirtiendo la campa de la Magdalena en una auténtica pista de baile con su “Hoy la bestia cena en casa” mientras en las pantallas iban apareciendo una serie de fichas policiales de personajes públicos que iban catalogándoles entre ‘humanos’ o ‘replicantes’. Ni qué decir tiene que de toda la clase política mundial únicamente se salvó Manuela Marchena de ser presa de la caza del señor Deckard. Fin de fiesta con un muy bien escogido: un eterno “Starman” de nuestro querido Duque Blanco, el primer astronauta del pop.
No tardó ni dos canciones en descender hasta al foso y repartir amor entre sus fans mientras estos luchaban por conseguir el mejor selfie con ella. “El fango”, “El deshielo”, “El frío”, “Inmaculada”, “Guerra y paz”, “El diluvio”, “Bandera blanca”, “Caída libre”… fueron sonando hasta un final apoteósico convirtiendo la campa de la Magdalena en una auténtica pista de baile con su “Hoy la bestia cena en casa” mientras en las pantallas iban apareciendo una serie de fichas policiales de personajes públicos que iban catalogándoles entre ‘humanos’ o ‘replicantes’. Ni qué decir tiene que de toda la clase política mundial únicamente se salvó Manuela Marchena de ser presa de la caza del señor Deckard. Fin de fiesta con un muy bien escogido: un eterno “Starman” de nuestro querido Duque Blanco, el primer astronauta del pop.
Carlos Sadness nos ofreció un show cargado de sorpresas, tantas que ni el mismo se aclaraba con el orden de las guess stars de esa noche. Aparecieron junto a él Nita de Fuel Fandango, marcándose una versión muy fresca de su “Fruta prohibida”, Teresa (líder de la banda cántabra Ganges) comiéndoselo vivo en su “Miss California” y hasta una aparición estelar, de los omnipresentes en todo sarao que se precie, Bitches Deejays que, a pesar de que sólo estaban programados la jornada del viernes, no abandonaron el festival, y la barra vip especialmente, desde que abrieron las puertas a primera hora del jueves hasta que echaron el cerrojo a la campa el domingo de buena mañana.
Improvisó un rap mientras Castor y su tropa revoloteaban alrededor suyo y contribuyó a crear uno de los conciertos más enfocados a la fiesta y el disfrute de los tres días. No faltó el baño de confeti ni el despliegue de colchonetas hinchables botando entre el respetable, ni tampoco el momento surrealista del festival intentado sin éxito en varias ocasiones lanzar su setlist a las primeras filas. Para ser sinceros tampoco faltó ninguno de esos temas que todos queríamos escuchar en directo.
Improvisó un rap mientras Castor y su tropa revoloteaban alrededor suyo y contribuyó a crear uno de los conciertos más enfocados a la fiesta y el disfrute de los tres días. No faltó el baño de confeti ni el despliegue de colchonetas hinchables botando entre el respetable, ni tampoco el momento surrealista del festival intentado sin éxito en varias ocasiones lanzar su setlist a las primeras filas. Para ser sinceros tampoco faltó ninguno de esos temas que todos queríamos escuchar en directo.
Fuel Fandango, el original dúo de fusión flamenco electrónico formado por el músico y productor Alejandro Acosta y la cantante cordobesa Cristina Manjón aka Nita cumple ya 10 años asombrando en cada uno de sus shows en directo. Arrasaron desde que Nita pisó las tablas del festival con su particular propuesta de géneros, a priori contrapuestos, hasta que sonaron las campanas del juicio final que supuso el fin de su actuación. En la actualidad ya hay muchos más referentes de la fusión del flamenco con otros géneros, Rosalía o Niño de Elche sin ir más lejos, pero lo que nadie puede negar a Fuel Fandango es el ser precursores de un sonido propio y de una ruptura con lo establecido que ha sembrado una semilla de la que se han aprovechado sin ningún rubor artistas posteriores. Y eso sin darse ninguna importancia.
El público se arrojó a sus pies literalmente, especialmente cuando sonaron los primeros acordes de su más que brillante “La Primavera”. No han publicado ningún trabajo inédito desde su redondo “Aurora” de 2016 pero tienen repertorio de sobra para hacer bailar a un estadio olímpico. La aparente fragilidad de Nita, sobre las tablas como una Kate Bush que hubiera pasado su adolescencia en las playas de Tarifa, engaña completamente. Su directo es puro fuego y sus llamas te consumen como si el Infierno fuera el nuevo Parnaso. Éxtasis, delirio, pasión, duende y una banda soberbia con Acosta al frente de ella.
El público se arrojó a sus pies literalmente, especialmente cuando sonaron los primeros acordes de su más que brillante “La Primavera”. No han publicado ningún trabajo inédito desde su redondo “Aurora” de 2016 pero tienen repertorio de sobra para hacer bailar a un estadio olímpico. La aparente fragilidad de Nita, sobre las tablas como una Kate Bush que hubiera pasado su adolescencia en las playas de Tarifa, engaña completamente. Su directo es puro fuego y sus llamas te consumen como si el Infierno fuera el nuevo Parnaso. Éxtasis, delirio, pasión, duende y una banda soberbia con Acosta al frente de ella.
Virginia Díaz, nuestra querida compañera de Radio 3 y cabeza visible del programa de culto “Cachitos de hierro y Cromo” de La2, puso ritmo frenético a los intermedios de la jornada con su fantástica selección de temas electro, indie, rock, pop y de clásicos de la mejor fiesta. Su infinita cultura musical precede y avala. Este año no coincidía además con el impresentable de Calvin Harris, que mandó bajar el volumen de su set, de muy malas maneras y en estas mismas tierras, hace unas cuantas ediciones. Ni estaba ni se le echó de menos. Cuando alguien como Virginia pincha, como ella sabe, no hay sitio para artistas pagados de sí mismos por muchos records Guinness de números uno por un solo álbum que se tengan. Menos medallitas y más humildad ex Mr. Swift.
El festival concluyó con unos ElyElla especialmente inspirados en la elección de su set, y que volvían a Santander para arrasar con sus ritmos el poco verde que quedaba en la campa a estas alturas de la fiesta.
Por Santander Music 2019 han pasado un total de dieciocho bandas y seis djs, repartidos entre los conciertos y sesiones que han tenido lugar en el recinto del festival así como en los escenarios de las sesiones vermú en colaboración con el Ayuntamiento de Santander, situados en el pasaje de Zorrilla y el Centro Botín. Los conciertos de Kokoshca, Ganges, Confeti de Ocio y Sierra han triunfado en ambos espacios, durante la jornada del viernes y sábado, en un horario que ha permitido al público disfrutar de la programación de manera consecutiva.
Concluye así la XI edición del Santander Music Festival con unas cifras según la organización, de cerca de 15.000 asistentes, 3.500 personas en la jornada de inaugural del jueves, 4.500 asistentes la noche del viernes, y 6.500 en la jornada de clausura; una ocupación media (en torno a un 65%) de la zona de acampada oficial situada en la idílica zona de Mataleñas; alrededor de 350 contrataciones directas implicadas en la producción del festival, el 90% de las cuales procedentes de la comunidad de Cantabria, y sobre ochenta periodistas acreditados correspondientes a cincuenta medios de comunicación.
Concluye así la XI edición del Santander Music Festival con unas cifras según la organización, de cerca de 15.000 asistentes, 3.500 personas en la jornada de inaugural del jueves, 4.500 asistentes la noche del viernes, y 6.500 en la jornada de clausura; una ocupación media (en torno a un 65%) de la zona de acampada oficial situada en la idílica zona de Mataleñas; alrededor de 350 contrataciones directas implicadas en la producción del festival, el 90% de las cuales procedentes de la comunidad de Cantabria, y sobre ochenta periodistas acreditados correspondientes a cincuenta medios de comunicación.
Os dejamos con algunos momentos de esta jornada.