MOVEMBER FOOD & ROCK: Derroche de rock, watios y actitud (Palacio de los Deportes de Santander, 10 y 11 de Noviembre 2017)
Publicado originalmente en LA FACTORIA DEL RITMO
Texto: Víctor M Bustamante
Fotos: Luis del Rosal Pernía aka Mr. Deck
Texto: Víctor M Bustamante
Fotos: Luis del Rosal Pernía aka Mr. Deck
Escribo
esta crónica sorprendido en primer lugar por las críticas que han
aparecido en varios medios calificando el sonido del evento como pésimo.
Francamente no sé si hemos estado en el mismo recinto o es que mi
ubicación era privilegiada, y no detecté más que algún que otro acople
en momentos de la actuación de The Primitives el sábado de madrugada, y
que achaco más al brío de su vocalista Tracy Tracy que a problemas
técnicos. Hay que tener en cuenta que es un Palacio de Deportes no de
Festivales, y además la sonoridad de un recinto cerrado no es la misma
que la de un estadio al aire libre por ejemplo, pero me reitero en el
hecho de que sonaron francamente bien, especialmente Ramoncín, Rosendo y
Loquillo la noche del viernes, y que, para nada, hay que destacar como
fracaso el sonido del festival.
Dicho
esto, pasamos a los hechos. La noche del viernes prometía y cumplió. Un
Ramoncín, que parece que ha hecho un pacto con el diablo y por el que
no pasan los años, comenzó la dosis de rock que los más madrugadores
esperábamos. No faltaron ni “Litros de alcohol”, ni “Límites”, ni
“Susurros”, y todos sus grandes temas fueron coreados por un público
cuya media de edad pasaba la cuarentena con facilidad. Si alguien tenía
alguna duda de la solvencia de Ramón en el escenario, de su voz, su
actitud rockera y su buena forma, se le quitaron todas. Prácticamente
tocó temas de todos sus trabajos, desde los más clásicos a los más
recientes pero sin bajar el pistón en ningún momento. Al comienzo del
concierto nos avisó que “iba a hablar poco porque no tenía mucho tiempo y
quería tocar el máximo de canciones posibles”. Una actitud que se
agradece ya que, como lamentablemente se confirmaría más tarde, el
tiempo que tenía adjudicado era, efectivamente, muy corto. Esperemos que
no tarde en volver por estas tierras y nos regale un bolo de los suyos
de esos que llegan a las 3 horas.
Pasar
de Ramoncín a Rosendo fue una transición poco trasgresora. No hace
falta precalentamiento para disfrutar de la magia en escena del
madrileño pero en este caso el personal estaba más que lleno de rock en
sus venas y quería más. Y se lo dio. Y vaya si lo dio. “Masculino
singular”, “Pan de Higo”, “Maneras de Vivir”, “Flojos de pantalón” o el
inevitable “Agradecido” fueron coreados por todo el Palacio de Deportes.
Me comentaba un compañero de conciertos que Rosendo desprende un aura
en el escenario que lo hace único. Y es cierto. El trio de ases de la
noche se completaba con nada menos que Loquillo y, como hemos podido
comprobar ya en numerosas ocasiones, nunca defrauda en sus actuaciones
y, por muchas veces que le hayas podido ver, aún con el mismo
repertorio, cada una de ella es única. Un auténtico lujazo poder
disfrutar del Loco en distancias cortas y poder gozar con su pose y su
presencia escénica. Si además resucita temas como la injustamente
maltratada “La mataré”, “Esto no es Hawaii”, “Rock´n´Roll Star”, “Feo,
fuerte y formal”, “Quiero un camión”, “El ritmo del garaje”, “Cadillac
solitario”, “Besos robados”, “El rompeolas”… y se da un baño de masas
con el público al son de “Carne para Linda”, ¿Qué más se puede pedir?
Más de dos horas de concierto dieron para mucho pero se hicieron cortas.
Como siempre.
La
noche del viernes finalizó con los Achtung Babies, banda tributo a U2,
que cumplieron como ya demostraron hace un par de años en la sala
Escenario Santander, aunque con un aforo más reducido que en los
conciertos previos. El sábado arrancó con Avalanch, la mítica superbanda
española de metal, que rescataron su disco “El Ángel Caído” para
deleite de los que íbamos acercándonos al Palacio de Deportes a por
nuestra segunda tanda de rock´n´roll. Sonaron “Tierra de nadie”,
“Delirios de grandeza” o “Las ruinas del Edén” del citado disco, tras el
cual comenzó un set acústico entre Alberto Rionda e Isra, destacando
“Vientos del Sur”. Al finalizar éste, comenzó un set más eléctrico
incluyendo entre otros “Alas de Cristal” y “Torquemada”.
La jornada continuó con los suecos Europe que decepcionaron en parte a
sus seguidores pues, tras más de dos horas de show, prácticamente no
habían tocado ningún tema “clásico”. Sonaron, eso sí, “Rock the night”,
“Superstitious” o “Cherokee” pero nos quedamos con ganas de sacar los
mecheros y disfrutar de su power balada ochentera “Carrie” por ejemplo.
“The final countdown” puso el broche de oro perfecto a una actuación
correcta, y con la que aprovecharon para presentar varios temas de su
último largo “Walk the Earth”. Habría que esperar a los británicos The
Primitives para que Tracy Tracy encendiera al personal al ritmo de sus
descargas power pop. Con un público menos nutrido que el que se agolpaba
en el exterior para reponer fuerzas en las food trucks, dieron lo mejor
de sí y lucharon contra los acoples de sonido en varias ocasiones, lo
que no restó fuerza a su directo. Sonaron, por supuesto, sus dos
clásicos “Way behind me” y “Crush”, esta última coreada por todos los
que aún tenían fuerzas a esas horas, y se fueron sin dar propinas,
quizás un poco decepcionados al ver la estampida post-Europe.
Comprensible.
Esperemos que se repitan más iniciativas como esta más a menudo pues ha
quedado demostrado que son respaldadas sobradamente.
Lo mejor:
- El concepto de festival temático rock + food trucks.
- La noche de viernes y su trío de ases nacional.
Lo peor:
- Habría que reforzar la zona de food trucks para evitar colas a horas punta y aumentar la oferta gastronómica.
- Europe sin “Carrie” no son Europe 100%. Muy mal Joey Tempest…