The Waterboys, Vintage Trouble y The Mystery Lights: Concierto en Santander, 24/07/2018 (Los Conciertos de la Campa)
Tres maneras diferentes de entender el rock: el sonido ruidoso y abrasivo de unos amantes del garage, la intensidad de unos practicantes del rock con influencias celtas y el eclecticismo que suma a la ecuación funk y soul.
Texto y Fotos: DVíctor M Bustamante, F-MHop, Encarnación Lilian Sánchez Fernández
Fotos: F-MHop
Artículo escrito en colaboración con LA FACTORÍA DEL RITMO
El pasado 24 de julio pudimos ver por fin en nuestras tierras a la legendaria banda liderada por el incombustible Mike Scott, The Waterboys, junto al regreso de una de los mejores grupos de rock y rhythm´n´blues en directo que existe en la actualidad, Vintage Trouble, liderada a su vez por el vocalista con mejor fondo que hemos podido ver en vivo, Ty. Además completó la noche la enérgica banda The Mistery Lights la cual supuso una de las muchas sorpresas de esta jornada.
Formados en Brooklyn, The Mystery Lights, son uno de los nuevos valores del rock garagero norteamericano. Tienen un único álbum publicado en el año 2016, con Wick Records (un subsello de la escudería Daptone Records) y titulado con el mismo nombre que la banda.
Al frente está el cantante y guitarrista Mike Brandon, que en una entrevista ofrecida a finales del año pasado al diario ABC, cuando visitan por primera vez España para actuar, explicaba que vivían todos juntos en una apartamento en la zona de Queens, lo que les ayudaba a estar más unidos .
Fueron los primero en saltar a escena y tuvimos ocasión de gozar de sus singles “Melt” y “Follow me home” junto a clásicos de su repertorio como “Too many girls”, “What happens when you turn the devil down”, “I´m so tired”o “Candlelight”.
Esta banda tiene garra y su directo resulta muy convincente. Su sonido esta claramente conectado con los planteamientos del garage, pero la personalidad propia del grupo destaca sobre los estereotipos y merece la pena estar atentos a su evolución y sus próximos trabajos discográficos.
En definitiva, ofrecieron un concierto muy orgánico y divertido, donde dieron rienda suelta a su espontaneidad.
Formada en el año 1983 de la mano del cantante y guitarrista Mike Scott, The Waterboys son una de las bandas en activo más veteranas de la escena del rock británico.
Por su seno han pasado una larga lista de músicos, de diversos puntos del Reino Unido (tanto de Inglaterra, como Escocia e Irlanda), si bien hay que destacar que su violinista, Steve Wickham, quien tiene un papel muy relevante en el sonido de la banda, lleva acompañando a Mike Scott desde el lejano 1985.
Tienen quince álbumes en estudio, además de algún directo y recopilatorio, el más reciente de los cuales se publicó en el 2017 y lleva por título “Out of al this blues”.
Durante su show, que se alargó hasta la hora y media, tuvimos ocasión de escuchar clásicos de peso como “A girl called Johnny” (“The Waterboys”, 1983), el eterno “The whole of the Moon” (“This is the Sea”, 1985), “Fisherman´s blues” (“Fisherman´s blues", 1988 - también sonó “We will be not lovers” del mismo trabajo -) o la multiversioneada “How long will I love you?” (“Room to roam”, 1990), pero también pudimos paladear una versión acústica de uno de sus temas más gloriosos, “The Pan Within” (al menos para sus seguidores más fieles), de su álbum homónimo del 83 y del que, además, nos ofrecieron “Medicine Bow”. Su último single hasta la fecha, “If the answer is yeah” (“Out of all this blue”, 2017), también sonó en la campa, así como “All the things she gave me” (“A pagan place”, 1984) entre otros. En general el grueso del concierto de mantuvo dentro de las dos décadas más recordadas de la banda, en concreto el periodo entre 1983 y 1990, con alguna concesión a su último trabajo publicado hasta la fecha.
Una actuación en la que se mostraron espléndidos en su conjunto, con una energía muy especial, tramos muy intensos y momentos en que parecían trasportar al público hasta momentos legendarios de la historia del rock británico, como si el espíritu de los Led Zepelin o los Jethro Tull les hubiera poseído por momentos. Su fusión de rock y folk funciona a la perfección y su actuación dejará huella en los asistentes durante mucho tiempo.
La última banda de la noche es una formación en pleno despegue: Vintage Trouble. Su mezcla de sonidos de la mejor tradición negra está atrapando al público a medida que les conoce. No en vano hasta el mismísimo Prince, poco antes de dejarnos sin su talento, reconoció públicamente que era una de sus bandas favoritas de los últimos tiempos.
La banda está formada por el singular cantante Ty Taylor (de esplendida voz), el guitarrista Nalle Colt, el bajista Rick Barrio y el batería Richard Danielson. Además les acompañó sobre el escenario el teclista Brian London. Tienen publicados tres trabajos: “The Bomb Shelter Sessions” (2011), “The Swing House Acoustic Sessions” (2014) y “1 Hopeful Rd” (2015).
Un concierto de Vintage Trouble no es un concierto al uso y eso ya lo sabíamos desde que les vimos en el BBK Live hace unos años y en la Sala Escenario Santander el pasado mes de enero (puedes leer la crónica que publicamos entonces aquí). Su setlist es poco conocido, ya que no se prodigan en las emisoras más convencionales, pero ni falta que les hace. Desde que comenzaron los primeros acordes de “Run like a river” el público ya empezó a darse cuenta de la que se le venía encima. Continuos saltos a la campa micro en mano, acrobacias dignas de un James Brown en su mejor momento, excursiones hasta lo alto de la torre de sonido, bailes con el público, stage diving non-stop… un delirio sin fin que demostró, una vez más, la buena forma física de Ty y su increíble don para conectar con la gente y la buena forma musical de su nada. Nada que reprochar sino fuera que durara más tiempo.
Ty Taylor es un cantante excepcional. Tiene una voz increíble y la capacidad de transmutarse en el citado James Brown, Percy Sledge, Otis Reeding o en multitud de otros grandes vocalistas de la tradición negra, sin imitarles ni plagiarles. Simplemente cogiendo su esencia y adaptándola a su propia personalidad. A su lado tiene una banda espléndida, que saber arropar baladas soul con mimo o despojarse de ataduras y bullir con un rock que remite a los Living Colour.
La actuación fue fabulosa, muy entretenida, el público se lo pasó de lindo y la naturalidad que desprende Ty Taylor en todo lo que hacer (cantando, moviéndose por el escenario, arrojándose al público, subiéndose a los altavoces o relacionándose con la gente antes de la actuación), aventuran que tiene que ser un tipo que llegará muy lejos. Porque tiene talento para aburrir y una personalidad que hace que caiga simpático a cualquier que le vea actuar, hable con él o simplemente se le cruce al pasar.
A primera vista parecía que los tres grupos propuestos no iban a conectar con el mismo público pero estábamos equivocados. Una campa, lamentablemente con una cantidad de público más reducido de lo que se merecían los grupos, que disfrutó al máximo tanto con unos como con otros y pudimos gozar con la energía y la improvisación de The Mistery Lights, la nostalgia de uno de nuestros grupos más recordados, The Waterboys y el derroche circense-musical de una de los mejores directos del momento, Vintage Trouble.
Lo mejor:
- Descubrir a una banda poco conocida como The Mistery Lights y quedarte con ganas de seguir escuchándolos.
- Volver atrás en el tiempo y dejarte la garganta coreando “Too high… Too far... Too son… You saw the whole of the moon”
- Bailar con Ty en mitad de la campa.
Lo peor:
- Que Mike Scott no repescara su clásico “A man is in love” y que su “The Pan Within” no se alargara en el tiempo infinitamente como en otras ocasiones que la han tocado en directo.
- Que el público de Santander no comprendiera la magnitud de la cita y, consecuentemente, no acudiera en masa a ella.