Beben con respeto de los clásicos y aún así resultan originales, con una propuesta solvente en las composiciones y, en su traslación interpretaciones en directo.
Redactor: F-MHop Fotógrafo: Elisa Díaz Grijuela
Artículo publicado originalmente en LA FACTORÍA DEL RITMO
Este grupo sevillano formado apenas hace algo más de un año, son una de las grandes sensaciones del panorama musical estatal de los últimos tiempos. Su sonido está muy alejado de los parámetros de la etiqueta “indie rock”, aunque sí son un grupo independiente (no cuentan con el apoyo de un gran sello ni de los “mass media”) y están siendo muy bien aceptados por el público de esa escena, como lo demuestra el que hayan sido invitados en los últimos meses a participar en festivales donde predomina esa tendencia, con actuaciones en Primavera Sound, Bilbao BBK Live, Santander Music Festival y una muy próxima, el 16 de agosto, en el Paredes de Coura.
El grupo está compuesto por Piranha (cantante), Bacca (guitarrista), Gringo (guitarrista), Papi Pachuli (batería), Soni (bajo) y Von Máscara (teclado y sintetizador), todos músicos que habían pasado por diversas formaciones de su ciudad, o que incluso militan actualmente en grupo paralelos, pero ninguno de esos proyectos ha conseguido la proyección nacional que está alcanzando Derby Motoreta’s Burrito Kachimba.
La apuesta estilística del grupo es clara: revitalizar y actualizar el rock andaluz. Desde los años 60 hasta la actualidad diversos grupos y músicos han realizado aproximaciones entre el flamenco y el rock, si bien las experiencias han sido muy diversas. En los últimos años se pueden destacar los trabajos de Toundra junto a El Niño de Elche, o de Los Planetas, Lagartija Nick o Expertos Sol y Nieve. Pero todos sus respectivos trabajos empleaban aproximaciones muy diferentes a aquel fenómeno que alcanzó el éxito a finales de los años 70 y principios de los 80, para el que se usó la etiqueta Rock Andaluz.
Los principales grupos de aquel movimiento fueron Smash, Guadalquivir, Imán Califato Independiente, Medina y los inolvidables Triana. Esas bandas emplearon estructuras del rock progresivo y sinfónico como base de sus canciones, a las que aderezaron con elementos del flamenco (lo más distintivo y por lo que se les recuerda, pero no la parte fundamental de sus composiciones). Además, sirvieron para revindicar la historia y la personalidad propia de Andalucía en el momento que se estaban constituyendo las Comunidades Autónomas en plena transición.
Aquel movimiento decayó hasta desaparecer a mediados de los 80 y pocos son los grupos que lo han revindicado o practicado años después. Medina Azahara fue uno de los pocos grupos que continuaron activos, si bien aproximaron su estilo al heavy metal. Años después, en el año 2000, en Madrid nacería Elbicho, que bebía claramente del Rock Andaluz. Y Triana se revitalizó a partir de 1994 de una forma muy controvertida, con formaciones cambiantes, varios cantantes, etapas de silencio y controversias sobre el uso del nombre.
Recientemente en Sevilla han surgido dos grupos que conectan con claridad con la etiqueta “Rock andaluz”. Por una parte Quentin Gas & Los Zíngaros, con un álbum publicado en 2017, “Caravana”. Y por otro este grupo del que se pudo disfrutar en el Santander Music Festival el pasado jueves día 1 de agosto.
Derby Motoreta’s Burtito Kachimba se autoetiquetan como “kinkidelia”, si bien su base sonora está claramente basada en el “rock andaluz”, percibiéndose influencias del rock psicodélico de última generación (en artículos sobre ellos se suele citar a King Gizzard) y como elementos metafóricos para sus textos emplean referencia a la delincuencia barriobajera de los 80 (recurso también presente en sus vídeos y en la portada del álbum), lo que les conecta con el rap de El Coleta o Jarfaiter (no estaría mal ver próximamente una colaboración del grupo con esos artistas).
En la actuación del Santander lo primero que llamó la atención fue su imagen sobre el escenario, con el teclista enmascarado y el cantante con una estética y movimientos que recordaban a Robert Plant (Led Zeppelin), mientras agarraba un pie de micro adornado con el volante de una Motoreta. El resto de músicos tenían una vestimenta y una pose similar a la de cualquier grupo “indie”.
El concierto lo arrancaron con “The New Gizz”, el segundo corte de su álbum, con la que captaron de inmediato la atención del público. Un rugido electrónico burbujeante inicial dio paso a un forjado de riffs poderosos, teclados de aire clásico en su género y la voz de Piranha que parecía poseída por el gran Jesús de la Rosa (primer cantante de Triana).
“Grecas” desarrolló pasajes lisérgicos, para dar paso a una emotiva versión de “Nana del Caballo Grande” de Camarón de la Isla (originalmente incluida en el imprescindible álbum “La leyenda del tiempo”, de 1979).
Regresaron al contenido de su disco con “Samarkanda”, tras ella interpretaron “Aliento de Dragón” y un tema inédito aún no recogido en ninguna grabación oficial: “Gitana”.
El tramo final del concierto fue para la muy zeppeliana “La Piedra De Sharon” y como colofón y despedida la muy divertida y pegadiza ”El santo del gitano” (muy recomendable ver su videoclip). Tras esta canción, llegó el momento de saludar al público, que les ovacionaba, mientras sonaba una versión electrónica de esta canción, que sirvió incluso para que los músicos desparramaran, bailando como si estuvieran en una discoteca de música electrónica.
Derby Motoreta’s Burrito Kachimba triunfaron y bien merece la pena disfrutar de las canciones que han publicado hasta ahora y seguir muy de cerca su evolución.