NICK CAVE publica "Ghosteen", uno de los grandes trabajos de este 2019

Hay artistas que pintan la luz y hay artistas que pintan la oscuridad. Cave tiene una larga historia en esto último, pero todo su catálogo palidece en comparación con este estudio cuidadosamente detallado del abismo del sufrimiento.

"Ghosteen" no es tanto un lamento directo a una pérdida, sino una poesía que aborda un rango infinito de emociones. Es un trabajo que vincula la emoción primitiva y cruda con la belleza poética. Estas reflexiones, alegorías y exploraciones pueden generar simpatía, empatía y reflexión por cualquiera que haya sufrido pérdidas. "Ghosteen" es el nuevo álbum de Nick Cave and the Bad Seeds, el primero desde el desgarrador "Skeleton Tree" de 2016. Grabado en Brighton, Los Ángeles y Berlín, Cave dice del álbum que "las canciones del primer disco son Niños y las canciones del segundo disco (los tres últimos temas) son Sus Padres."

En 2015, durante la grabación del decimosexto LP de estudio de Nick Cave & The Bad Seeds, "Skeleton Tree", el hijo de Cave murió. Ese "Árbol esquelético" se completó en gran medida en el momento de la muerte de Arthur Cave, pero el incidente aún pesaba en su mente. Su nuevo álbum doble "Ghosteen" es el primer material que Cave y su banda han hecho completamente después de esta tragedia.

Es difícil decir exactamente cuán diferente habría sido "Ghosteen" si Arthur no hubiera muerto.

Instrumentalmente, tal vez, no tanto. Los Bad Seeds continúan por el camino por el que comenzaron a caminar en el magnífico "Push The Sky Away" de 2013, ese que los encuentra abandonando las canciones rockeras en favor de una electrónica impresionista. Las guitarras y la batería se derriten cuando Cave y su mano derecha, Warren Ellis, evocan fantasías de sintetizadores, pianos, cuerdas y coros. Sin embargo, aunque la música aquí está en consonancia con los esfuerzos del pasado de Bad Seeds, las palabras de Cave son el indicador de que las cosas han cambiado severamente. La pérdida, profunda y consumidora, acecha en la escritura de la primera parte de "Ghostown" y en su segundo disco, más extenso, se centra en las palabras habladas. El álbum comienza con un monólogo desesperado, triste y muy conmovedor.