Recientemente desde Nos Vemos En Primera Fila hemos podido asistir a un concierto en directo. Es por esto que queremos comentar de primera mano las medidas que se están tomando en eventos como este, ya que en los tiempos que vivimos la cultura está siendo muy criticada.
Texto: Paula Bustamante
Llegamos al recinto a la hora de apertura de puertas, a las cinco de la tarde, los asistentes al concierto se encuentran haciendo dos colas: una para la pista de la derecha y otra para la de la izquierda (con la entrada viene un sitio asignado donde sentarse durante el concierto). En la cola los diferentes grupos de amigos estaban separados los unos de los otros con distancia de seguridad. Al llegar a la entrada de la sala, se te pedía DNI y se te realizaba el habitual cacheo, para después darte en las manos gel hidroalcohólico, tras esto te pedían datos de contacto: nombre, apellidos y número de teléfono.
Llegamos al recinto a la hora de apertura de puertas, a las cinco de la tarde, los asistentes al concierto se encuentran haciendo dos colas: una para la pista de la derecha y otra para la de la izquierda (con la entrada viene un sitio asignado donde sentarse durante el concierto). En la cola los diferentes grupos de amigos estaban separados los unos de los otros con distancia de seguridad. Al llegar a la entrada de la sala, se te pedía DNI y se te realizaba el habitual cacheo, para después darte en las manos gel hidroalcohólico, tras esto te pedían datos de contacto: nombre, apellidos y número de teléfono.
Una vez dentro de la sala, un acomodador te acompañaba hasta tu silla asignada. Estas sillas estaban dispuestas de tal forma que solamente se podían sentar como mucho dos personas seguidas (que obviamente vendrían juntas) y un grupo de asientos de otro estaba separado con dos o tres sillas vacías y precintadas. Además, durante el concierto no podías moverte del lugar, incluso si querías pedir alguna bebida el propio camarero venía hasta ti para ofrecerte lo que desearas tomar, sin necesidad de moverte. Asimismo, previo al concierto en las pantallas se ofrecía información de interés respecto a las medidas de seguridad sanitarias.
Al terminar el concierto, se iba desalojando la sala por filas, de tal forma que tenías que esperar a tu turno para abandonar el local.
Por supuesto, todo esto con las mascarillas puestas en todo momento.
Como hemos podido comprobar, se puede asistir a conciertos sin ningún tipo de problema, tal y como se asiste al trabajo, escuela, transporte público, tiendas o locales de hostelería; lugares donde no siempre se toman las mismas medidas que se han realizado antes, durante y después de un concierto.
