Así reza la nota de prensa: "AUTO SACRAMENTAL PRESENTA EL DISCO DE SYNTH-POP QUE EL 2021 NECESITA". Y no podemos estar más de acuerdo.
Auto Sacramental es synth pop catártico y desafiante. A medio camino entre el sonido clásico del synth ochentero, con grandes melodías brillantes, y el new wave de corte más experimental.
“Cuestión de Fe” es el primer álbum del artista madrileño (y medio-inglés) Jorge Mills. Diez cortes que, a través de una mezcla de imaginería religiosa y ocultista, exploran –con mucha ironía– el lado sombrío del costumbrismo patrio y la identidad nacional a ritmo de baile.
Grabado en Madrid durante el último verano pandémico en los estudios Alamo Shock, se nota una evolución desde aquel EP debut que también produjera Guille Mostaza: atrás quedan los dejes synth punk de “Sierra Norte” para acercarse a una sonoridad new wave, sobre todo en la primera mitad del disco –con ritmos menos frenéticos y melodías más luminosas.
“San Lorenzo” empieza el álbum por todo lo alto, un viaje corto e intenso con diferentes segmentos y texturas synth, cercano al art rock de los primeros Roxy Music, y que habla de redes sociales, ídolos y mártires.
El siguiente corte es uno de los sencillos extraídos, "Demonología", con videoclip de la realizadora Silvia Coca incluido, que es un nuevo (y glorioso) exorcismo de synthpop glamuroso de aires retros.
Continúa con "Retiro", una canción de amor que recuerda a XTC, con el trasfondo –muy oportuno– del Apocalipsis sucediendo en Madrid.
Seguimos con el corte "Covadonga", un hit de new wave acelerado estilo The Cars que dice: “En los Picos de Europa hay una cueva donde rezar, por un tiempo ya pasado que no volverá”. Y es que las alusiones, en clave de sátira, a los mitos fundacionales de esa España rancia y de derechas son uno de los elementos característicos de Auto Sacramental que, en sus propias palabras, pretende “exorcizar los demonios de una distopía post-franquista”.
Con el quinto corte, “Vigilia” (el featuring con Caliza que fue uno de los singles de adelanto del álbum), entramos en la segunda mitad del disco: bajan los rpm y nos acercamos un indie pop pausado y melancólico. “Vigilia” es una balada sobre el confinamiento que suena a los Jesus & Mary Chain con sintetizadores. O lo que es casi lo mismo, a los Chromatics del “Kill for Love”.
El trabajo sigue con ese melocotonazo que fue el sencillo "Trans Europa", merecida reverencia a los padres del tecno, Kraftwerk, y su hitazo "Trans Europe Express" pero desde un punto de vista más castizo que recuerda más a bandas pioneras como los patrios Aviador Dro.
Con "Salmo" volvemos al recogimiento místico tan presente en este trabajo en una especia de interludio (apenas dura un minuto) antes de abordar la recta final del disco.
En esa misma línea, de melancolía envuelta en ironía, se mueve “Segunda Venida”, con reminiscencias a los Psychedelic Furs más pop y una letra sobre un mesías negacionista que se salta el confinamiento – más preocupado por petarlo que por salvar a la humanidad.
“Luz oscura” es una revisión del italo-disco a través de la lente del post-punk: como si Ian Curtis se hubiera marcado una colabo con Giorgio Moroder después de aplicarse bien de eyeliner… Y es que el synth pop, en manos de Auto Sacramental, siempre es un poco glam: nunca pierde de vista a los precursores del género como Bowie y Eno, expertos en maridar sintetizadores y maquillaje.
El último corte, “Alpinismo”, es el más críptico: sobre un riff que recuerda al “Burning Up” de Madonna, se desgrana lo que parece una letra motivacional para un aspirante a dictador que (entre metáforas sobre subir montañas, superar retos y alcanzar cimas) incluye frases como: “Si lo que quieres es petarlo ya, no dejes cabeza sin aplastar”. ¿Es una oda irónica a ese espíritu neoliberal de los 80 de llegar a la cima a toda costa? Aquel que sentó las bases, entre otras cosas, para el ascenso al poder de Trump… ¿O es un augurio de algo por venir? ¿Una sesión de coaching para el siguiente adalid del “trumpismo” made in Spain?
“Luz oscura” es una revisión del italo-disco a través de la lente del post-punk: como si Ian Curtis se hubiera marcado una colabo con Giorgio Moroder después de aplicarse bien de eyeliner… Y es que el synth pop, en manos de Auto Sacramental, siempre es un poco glam: nunca pierde de vista a los precursores del género como Bowie y Eno, expertos en maridar sintetizadores y maquillaje.
El último corte, “Alpinismo”, es el más críptico: sobre un riff que recuerda al “Burning Up” de Madonna, se desgrana lo que parece una letra motivacional para un aspirante a dictador que (entre metáforas sobre subir montañas, superar retos y alcanzar cimas) incluye frases como: “Si lo que quieres es petarlo ya, no dejes cabeza sin aplastar”. ¿Es una oda irónica a ese espíritu neoliberal de los 80 de llegar a la cima a toda costa? Aquel que sentó las bases, entre otras cosas, para el ascenso al poder de Trump… ¿O es un augurio de algo por venir? ¿Una sesión de coaching para el siguiente adalid del “trumpismo” made in Spain?
“Cuestión de fe” es el revés subterráneo de la realidad nacional; un disco de neones synth-poperos, fanfarrias esotéricas y extraños himnos pegadizos. Un lugar donde bailar en éxtasis bajo los destellos de la caspa patria, reflejando esa luz oscura que alumbró el nacimiento de la democracia española… y capturando la melancolía del que sabe que se ha perdido –quizá para siempre– aquella ilusión ochentera de un futuro mejor.
La nueva formación para directos de Auto Sacramental es: Jorge Mills: voz, sintetizador y sampler, Tábata Pardo (Fuckaine, Rayo): bajo eléctrico y Adolfo Párraga (Juanita y los Feos, Afilador): percusión digital.
Para los muy fans han sacado en físico una cassette de promo del álbum "Cuestión de Fe", en edición limitada (incluye códigos de descarga digital), con un mix alternativo de "Luz oscura" en la cara A y una canción inédita en la cara B, "Presidenciable". Está a la venta en su perfil de Bandcamp junto a una edición de "Vino Sacramental", que no es otra cosa que un tinto Cabernet Sauvignon Syrah, 2018, cosecha seleccionada por Manuel Gil y elaborado y embotellado en Pontevedra.
Si te perdiste la entrevista que le hicimos el año pasado, puedes oirla aquí: