“Hay un paisaje para cada canción. Y cada compositor dibuja su rincón favorito: un contorno en llamas, una habitación desordenada, la luz temblorosa de un espejo, un pasillo frondoso... Hay tantas opciones, como ganas de asomarse a una ventana nueva".
En el EP «El porvenir», Vera Wenzel nos invita a su escondite particular, una suerte de buhardilla donde crepitan discos de Destroyer, Baxter Dury, Alex Cameron o, incluso, Serge Gainsbourg. Aliados con mudas infalibles que han servido de magnética inspiración a la banda barcelonesa.
Aquí se trata de deambular decidido por la pista de baile, buscando esos brillos que los crooners encuentran en las lunas de las copas. Y fabular un rescate romántico con la ayuda de un mullido sonido de sintetizadores. Una hermosa misión para cualquiera que todavía crea que vale la pena atravesar la ciudad por alguien. Así lo indican la titular «El porvenir» y su transparente afirmación de que «los días son hoy»; la nocturna rendición de «Apareces» -donde el corazón vuelve a presentarse como una excusa perfecta, también necesaria, para tejer sensibles melodías; «Las olas» y su encantadora capacidad para golpear «todo lo que quieres olvidar» y la seductora «Conga», avivada por una cálida coda final.
Y de fondo, los pasos todavía frescos de alguien que corre una cortina, el balanceo suave de una lámpara y la convicción que cualquier porvenir se ha de fabular con canciones. Siempre con canciones.
Vera Wenzel es el proyecto personal de Eugenio Civera, quién se inició en la música en la década de los 90 con bandas como Fluzo y The Light, pero es en 2007 cuando empieza a componer por su cuenta asumiendo el rol de vocalista del proyecto y con la vocación de que fueran canciones para tocar con banda. En 2008 decide fundar una banda y bautizarla con el nombre de Vera Wenzel (nombre y apellido de su abuela materna). En 2011 La Produktiva Records publica su primer disco, Verbena, disco que les llevó a realizar conciertos por todo el territorio.
En 2014 la banda se transforma y graban su segundo disco, La cosecha. Álbum que refleja aquel momento de transición, de querer buscar nuevas maneras de hacer que le alejasen del código de la música independiente más habitual.
En 2014 la banda se transforma y graban su segundo disco, La cosecha. Álbum que refleja aquel momento de transición, de querer buscar nuevas maneras de hacer que le alejasen del código de la música independiente más habitual.
En 2018 Eugenio asume su nueva condición, está solo con el proyecto y puede dar un giro hacia sonoridades más producidas, más elegantes y con cierta reminiscencia de los ochenta. Quería hacer música más acorde a sus gustos y a su propia existencia. Con esta idea en la cabeza y sobre todo con las referencias del Kaputt de Destroyer, de algunos discos de The war on drugs y del Darlings de Kevin Drew, fue al estudio Caballo Grande para grabar las cinco primeras canciones de su tercer disco. Con Ferran Resines y Cristian Pallejà en las labores de producción, se pusieron a trabajar en esta dirección e invitaron al trompetista Xavi Tort para poner capas de barniz.
En septiembre de 2019 vuelve al estudio con cinco canciones más y acompañado de Alfons Serra (Mishima) a la batería, y de Pepe Seguí (Cabo San Roque) al bajo. El resultado es Llega la noche, el tercer disco de Vera Wenzel, un disco muy trabajado con respecto a la producción, pero con más espacio, con una sonoridad más directa para el oyente y donde, por primera vez, estaba realmente contento del registro conseguido con la voz. Las letras reflejaban las experiencias sentimentales vividas en aquel periodo, pero desde una perspectiva muy universal, con la que es fácil identificarse.
Tres canciones de aquel disco sonaron de forma habitual en Radio 3 e iCat: El amor es absurdo, Cómo éramos antes y Sin querer. Con la pandemia, apenas hubo ocasión de presentar el disco en directo.
En 2020 Vera Wenzel publica una versión en castellano de la canción El meu lament de Ferran Palau con motivo del 15 aniversario del programa de radio Moure Soroll. Es una versión con la que Eugenio se siente muy a gusto, aunque, según él, es imposible mejorar una canción tan bonita. Su aportación fue ser respetuoso con la intención de la original y concentrarse en hacer una traducción al castellano que no desentonara. La canción cayó en gracia en algunos medios y estuvo sonando muchos meses en la programación general de iCat.
En los últimos dos años, Vera Wenzel ha estado trabajando en cuatro temas junto a Ferran Resines y Cristian Pallejà, sus productores habituales que ahora también lo son de Nacho Vegas. Estas canciones, una vez más, suponen un nuevo giro en la trayectoria de Vera Wenzel. Aquí el deseo es el de encontrar un lugar propio y más tranquilo, aunque esté alejado de las corrientes más “mainstream”. Tanto la canción titular como Apareces cuentan con las voces de Mariona Aupí, cantante por la que Eugenio siente una gran admiración y con la que, por momentos, forma un “dueto batín”.