Mute es una banda que se dedica a distorsionar armonías sencillas en la búsqueda de emociones y sentimientos. En su tercer larga duración, “Señales”, nos traen una colección de diez canciones que bajo el denominador común del noise más desenfadado, presenta cruces con el rock, el pop o el surf.

Los alicantinos han reunido en estas canciones melodía y ruido a partes iguales, un mix que han acertado a denominar Noise Mediterráneo y que define un estilo oscuro en su composición, con ecos de Jesus and Mary Chain o My Bloody Valentine, pero revitalizado, fresco y contemporáneo.

La grabación y producción del disco ha sido realizada íntegramente por Carlos Hernández, de sobra conocido por su trabajo con bandas como Los Planetas, Triángulo de Amor Bizarro, Carolina Durante, entre otros.

Al escucharlo sientes como si estuvieras recorriendo una carretera con múltiples paradas, algunas veces el tramo entre una y otra es breve y el viaje se vuelve rápido y emocionante, pero en otras ocasiones requiere una pausa para poder apreciarlo plenamente.

Con sus letras la banda profundiza en la idea de que seguir las señales que nos indica nuestra propia intuición puede ser la mejor manera de avanzar en la vida, una reflexión que está presente también en la portada del álbum, pintura del genial artista Zhang Yingnan.

"PÁLIDA" es el tema que abre el disco y es un trueno, una ola sonora arrolladora que no se extingue en ningún momento de la canción. Con reminiscencias de bandas como Jesus and Mary Chain o My Bloody Valentine, nos habla de la idea de que nadie es especial por sí mismo, somos los demás los que hacemos especiales a las personas, fantaseando sobre la imagen que proyectan en nosotros.

"CABALLO GANADOR" tiene todo lo que necesitamos para que nos suba la tensión: una letra directa y desenfadada que habla de emociones de una forma explosiva, un ritmo trepidante y contagioso que no te permite estar quieto, guitarras afiladas y una actitud valiente y divertida. Es un cruce entre los Beach Boys y Dinosaur Jr, te atrapa y te hace palpitar el corazón a mil en apenas 2 minutos y medio, reuniendo en un mismo lugar melodía y noise a partes iguales. Con “Caballo Ganador” la banda trae un rock luminoso y directo, pero también garajero, en el que los sentimientos tienen un rol determinante. Fresco y divertido, es uno de esos temas que te dejan con ganas de más.

"REVOLUCIÓN" transmite una poderosa carga de energía y un mensaje inspirador para todos aquellos a quienes se margina por ser diferentes. Musicalmente, se desarrolla como un poderoso estribillo sin estrofas definidas, lo que refleja de manera simbólica la constante lucha sin descanso que representa el hecho de tener que enfrentarse una y otra vez a una sociedad arraigada en sus prejuicios.

"LO QUE SEA MENOS A CASA" es una canción que nos transporta a los vibrantes días de los años 90, evocando la esencia de bandas como Pavement, pero también la actualidad de Wet Leg. A través de una melodía hipnótica que deviene en un estribillo enérgico y característico “Lo que sea menos a casa” nos insta a abrazar nuestra identidad sin pensar en las consecuencias, desafiando las normas para permanecer fieles a nosotros mismos.

"TRIUNFO FINAL" es un guiño al shoegaze controlado de Slowdive y otras bandas a las que Mute les debe tanto. Tiene un comienzo desnudo, en el que la voz nos introduce en una canción que evoluciona hacia un muro de sonido construido a través de capas de reverb y teclados sobre el que flota una historia de decadencia y (posible) resurrección.

"GRANDES AMISTADES" es una visión sarcástica sobre la decepción y cómo reaccionamos ante ella. Es, quizá, la canción más “planetera” del disco, contrapone una melodía de voz muy pop, inocente y luminosa, a un muro de ruido oscuro y contundente, ahondando así en la temática de la canción. Cuenta con la colaboración de Laura Prieto (Rusos Blancos, Caliza) a las voces, aportando una componente coral en un dueto con Víctor que, con ese contraste con la base de distorsión, da como resultado la imagen de un coro de ángeles cantando en las puertas del infierno.

"CAMBIO DE ESTRATEGIA" es un tema directo y sin concesiones. Sobre una base rítmica nítida y contundente las guitarras afiladas de las estrofas dan paso a un estribillo luminoso y pegadizo que, con los coros de Carlos Hernández, entronca con el mensaje de la canción, un mensaje que habla de la actitud frente a la vida y cómo reaccionamos ante lo imprevisto, apelando a un cambio de estrategia que nos invita a seguir adelante, aunque sea por curiosidad.

"SEÑALES" no es solo el título del disco, también es un tema que destila emoción y expresa el dolor que produce la pérdida de lo que más queremos. La letra y la composición musical avanzan inexorables y coordinadas hacia el desenlace final de la canción, sumando estratos de sonido que se sustentan en una base rítmica casi ritual, litúrgica, creando una atmósfera que sirve para escenificar la dificultad de seguir adelante cuando ves desaparecer los pilares de tu vida.

"REIKIAVIK" a partir de una línea de bajo principal y protagonista describe una relación perdida y ansiada. Sobre capas de fuzz y distorsión se relata una historia con la que cualquiera podría sentirse identificado, en este caso la de una relación que tenía fecha límite, no era muy profunda, pero sí explosiva y divertida. Es un tema que nos habla de desenfreno y de años felices en los que hay que darlo todo.

"NEOLIBERAL" es el tema que cierra el disco y, con él, la banda se pone un poco seria. La canción es una denuncia, una forma de poner sobre la mesa la hipocresía y la vacuidad de muchos de los discursos que vemos todos los días en los medios. A través de un ritmo hipnótico que nos retrotrae a bandas como The National, la canción crece en intensidad para ir dándole a este mensaje toda la gravedad y el significado que merece.